Gracias a la dieta del
sexo podemos perder peso y adelgazar de
forma placentera.
En primer lugar, Smith planteó que los movimientos que
realizamos durante las relaciones sexuales, acompañados de la aceleración de
los latidos de nuestro corazón, la respiración, la dilatación de los vasos sanguíneos
de los genitales y los espasmos musculares que se sufren durante el orgasmo
gastan tanta cantidad de energía como muchos otros ejercicios físicos no tan
agradables. Se calcula que durante una relación de 20 minutos se consumen
aproximadamente 150 calorías (lo mismo que media hora de bicicleta).
Y eso sin contar los preliminares: quitando la ropa la
pareja se queman 120 calorías (187 si opone resistencia), un beso apasionado
son 60… Y dependiendo de la postura elegida se pueden quemar de 240 a 400 calorías.
Así que cuanto más creativos seamos y más nos esforcemos, más disfrutaremos y
más partido le sacaremos a la dieta del sexo.
Además, durante las relaciones sexuales nos evadimos de
la realidad, olvidando así nuestros problemas y preocupaciones, lo cual se ve
favorecido por las endorfinas que se liberan durante el sexo; esto nos relaja y
nos libra del estrés, con lo cual sentimos menos deseos de comer
compulsivamente.
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